Identificar el propósito de vida es el clave en el camino espiritual. Y más aún en la época que vivimos actualmente. Estamos en una era donde todo se está revolucionando. Todos los sectores de la vida humana están viviendo profundas transformaciones, cambiando por completo a las sociedades.
Uno de los fenómenos más fuertes que está viviendo el siglo XXI está relacionado con el despertar espiritual. La nueva era en la que nos adentramos, está generando un cambio en nuestro modo de entender nuestra conciencia, los límites de la realidad y el empezar a caminar por senderos donde está latente nuestra identidad espiritual.
De hecho, este fenómeno de la nueva era, como fenómeno, también se ha convertido en una moda. Y, a diferencia de lo que representa ser tendencia o ser un fenómeno con dirección, la moda viene a representar en algo que se acepta porque es común. Es decir, muchas personas lo aceptan porque los demás también lo hacen.
De esa manera, el sentido del propósito frente al despertar espiritual pierde validez. Es importante reconocer un propósito dentro del camino espiritual, para que realmente puedas sentirte realizado en tu proceso.
El peligro de dejarte arrastrar
Quien se deja llevar por la moda, deja expuesto por completo la posibilidad de formarse un criterio y tomar decisiones a conciencia. Sí, se ha convertido de moda participar en talleres, encuentros y ceremonias chamánicas. Una moda que, en cierto sentido, ha aportado a que se pierda el miedo sobre lo que representan estás prácticas.
Pero cuando la moda no se acompaña bajo un propósito determinado, cuando la persona decide participar de una experiencia de despertar espiritual simplemente por estar al día igual que quien se ve la película del momento, entonces existe un serio problema. La persona se expone a vivir una completa desviación de su sentido de vida.
Todo lo que pueda llegar a vivir o descubrir en experiencias con enteógenos, microdosis de psilocibina, ceremonias de yagé, están impulsadas por una necesidad de encajar dentro de un grupo determinado de personas: los amigos, los familiares o los compañeros de trabajo. Y ese deseo de encajar por encajar limitará en gran medida la experiencia.
Tanto así que puede ocurrir que, en vez de lograrse una auténtica liberación, se genere una profunda frustración. Y a partir de ese punto, la persona deseará irse hasta el otro extremo. Lo que lo llevará a rechazar por completo cualquier tipo de práctica que pueda sanarlo y liberarlo.
¿Cómo identificar tu propósito para tener un despertar espiritual adecuado?
¿Cómo te enteraste sobre los talleres, las microdosis de psilocibina o la práctica del rapé? ¿Quién o quienes te acercaron a este mundo que busca explorar más allá de los límites de la realidad? ¿Por qué le prestaste atención a este tipo de temática en vez de seguir en la tranquilidad de tu mundo?
Esas son preguntas claves que te ayudarán a entender cuál es tu dirección. Percibir tu propósito será mucho más fácil si empiezas a sincerarte a partir de estas preguntas. Y si tu respuesta es que te llamó la atención por pura curiosidad, realmente no hay nada malo en ello.
La curiosidad también puede entenderse como propósito, porque, como lo decía Albus Dumbledore, el personaje de la saga de Harry Potter: “La curiosidad no es un pecado, pero debemos ser cuidadosos al ser curiosos”. Entonces sí, te llamó la atención por mera curiosidad y tu motivación estará centrada en un primer momento para saciar esa expectativa.
Cuando vives entonces una experiencia de un taller, un evento o una ceremonia, tu yo, tu mente y tu pensamiento ya tienen un propósito por alcanzar. Una vez cumplido ese propósito de darle gusto a tu curiosidad, tu perspectiva de lo que fue la experiencia queda redefinida.
El inconsciente y tu criterio
La cuestión con el propósito frente a tu despertar tiene que ver con que esté definirá tu estilo de vida. La curiosidad no es algo que defina un estilo de vida, sino que se redime en un episodio, cuando se experimenta, se juega y se descubre los alcances de lo que para ti es desconocido.
En las experiencias con cualquier herramienta de trabajo personal, es importante definir un propósito serio, para evitar que la experiencia no se degrade. Es decir, para que realmente no se trate de algo meramente recreativo para tus sentidos y pueda comunicarte Verdades que necesitas conocer.
La búsqueda de las verdades y el autoconocimiento producen sanación en muchos aspectos, porque este tipo de experiencia abre tu inconsciente y lo expone a la luz del sol. Si no tienes un propósito claro, si no estableciste con tu criterio una decisión acertada, entonces tu identidad estará a merced de tus amigos o creerás sin meditar en lo que te muestra el terapeuta o chamán.
Es importante que tu propósito le permita a tu criterio establecer juicios acertados, tener un espíritu reflexivo y abrirte a lo que ofrece el despertar espiritual. ¿Cuál es entonces tu propósito? ¿Qué es lo que deseas alcanzar? Cuándo tu inconsciente se abra… ¿estarás dispuesto a dialogar con esos arquetipos, limitaciones reprimidas en tu interior?
La valentía de crearte una cultura
Si no tienes claro lo que deseas alcanzar, entonces no lo hagas. Ya quedó claro que incluso si tu primer acercamiento es la curiosidad, sin duda alguna es una razón valida. Igualmente también, si vas a tener experiencias de este tipo, si lo haces por moda o por encajar, mejor no lo hagas.
No te autoengañes, no dejes que tu propio criterio te ilumine y te guie hacia territorios seguros. ¿Cuál es tu intención? ¿Qué es lo que te motiva? ¿Qué estás dispuesto a descubrir? No hay una respuesta equivocada, mientras estés dispuesto a reflexionar sobre ti mismo y descubrirte.
Tanto así que el propósito se encuentra en constante cambio. Para tener un despertar de la conciencia, un buen viaje de autoconocimiento, sanación y liberación, después te trazarás nuevas metas, nuevos propósitos. Y eso te va a motivar a estudiar más, a ir mas adentro, a bucear en tu alma, a confrontarte contigo mismo, a desestructurarte y deconstruirte para hacer tu proceso con honestidad y valentía.
Entenderás que necesitas documentarte, leer, participar en encuentros de formación, talleres, conferencias, lo que sea que te llame y te motive Así, tendrás toda una cultura en la cuál amparar tus propósitos y tu relación con este tipo de experiencias será más segura. Esta es con toda probabilidad una de las metas que deberías trazarte, pero que puedes alcanzar paso a paso, de propósito en propósito.
