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La expectativa frente al tiempo y la medicina ancestral

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Hay mucha expectativa cuando las personas se acercan a la medicina ancestral. Para aquellos que viven una primera vez, aparecen muchas preguntas y cierta ansiedad sobre el impacto que tendrá dicha experiencia en su vida. En el primer acercamiento, es apenas natural estar predispuesto a alcanzar un estado de serenidad o un equilibrio que despeje tu mente y relaje tus sentidos.

Sin embargo, hay que diferenciar esta expectativa de la espera que se tiene sobre la medicina a largo plazo. Es decir, cuando esperas que la medicina ancestral logre una reforma por completo en tu vida y te permita un progreso, un crecimiento como persona. Esta expectativa realmente nace del ego.

El ego, intenta apropiarse del camino del autoconocimiento y la sanación. Y entonces aparece en tu mente la idea de que la medicina ancestral será tu terapia salvadora, el medio que te liberará por completo y te elevará a un estado de gracia. Todo ese imaginario y la expectativa de obtener resultados nace del ego.

Aprende a despejar tu expectativa, para tener un encuentro sincero con la medicina de la Madre Tierra

Las medicinas son espíritus poderosos de la Madre Tierra

La gran pregunta que se plasman las personas suele medir en relación al tiempo. El ego asume que el proceso de crecimiento personal puede completarse en un determinado tiempo. Y que solo a base de espera y paciencia, se podrá disfrutar plenamente de los resultados de las distintas medicinas. Todo esto no es más que un concepto, una ilusión creada por tu mente.

Porque realmente, las medicinas son espíritus poderosos de la Madre Tierra. En ello palpita la vida misma de la naturaleza, el calor del sol, la luz de las estrellas, el silencio de los campos verdes. Es un producto que se desarrolla a base de distintas fuerzas, alcanzando su propio nivel de energía, tal como ocurre con los hongos o el peyote, entre otros.

Tener la expectativa de que este espíritu, esta planta, logre hacer todo el trabajo por ti, devela tu egoísmo. Demuestra que estás esperando que el estado que te proporciona este espíritu logre sanarte de tus rencores y tus heridas. En parte, esa espera proviene de la lógica de la medicina occidental, tan acostumbrada a frenar el dolor o los pensamientos a base de medicamentos.

Pero realmente, el espíritu que te ofrece la Madre Tierra, no puede realmente hacer nada por ti, aparte de la confrontación personal que vivirás. Es cierto que estas medicinas escogen a quien o quienes merecen vivir su compañía. Se integrarán a tu cuerpo y a tu metabolismo, para convertirse en compañeros, en maestros increíbles que te ayudarán a tener un despertar.

Pero eres tú el responsable de tu proceso de sanación y liberación

Estar predispuesto o mantener la expectativa de que serán las medicinas las que harán el trabajo, te limita. Por eso, acercarse a las medicinas ancestrales con este tipo de ilusión no te dará ningún resultado. No pasarás de los efectos que tengan sobre tu cuerpo y tu espíritu, ni habrá la posibilidad de un trabajo de reflexión.

Recuerda que la medicina no tiene que hacer nada por nosotros, no tiene un compromiso específico por cumplir. La Madre Tierra te conecta con la planta y le permite que entre en dialogo con tu cuerpo, tras haber sido elegido para vivir esta experiencia. Pero eres tú quien debe afrontar tus miedos, tus heridas y todo aquello que necesitas sanar y descubrir de ti.

Siempre ten en cuenta que el trabajo de sanación es un viaje personal. Nadie más lo puede vivir por ti, ni siquiera a pesar del gran aporte que representan estas medicinas. Y por lo mismo, no puede existir un tiempo determinado para lograr una sanación y asimilación adecuada. Trazarse tiempos y metas específicas va a entorpecer tu proceso.

Porque cuando tu expectativa no se cumple en el tiempo que estimaste, entonces te enfrentas a la frustración. Son procesos que no se pueden acelerar, como tampoco intentar de frenar. Es cierto que la calma y la paciencia te serán de gran ayuda, pero todo alcanza madurez en el momento adecuado.

El salto de fe

La palabra expectativa es sinónimo de esperar. Estar a la espera siempre sensaciones y emociones recreadas por tu ego. Tu mente emula y fabrica arquetipos en base a esa espera. Así que si llegas con esa predisposición cuando estás cara a cara con las medicinas ancestrales, una parte de la oportunidad de tener una visión nítida de ti mismo ya está alterada.

Lo que tienes que aprender es a dejar de lado esa expectativa y salir al encuentro del espíritu de la planta que te elige. El encuentro, el momento de dialogo se presenta con la medicina, te invita a estar en el presente y aprender de manera consciente de ese mundo que palpita en ti.

Es justo ahí donde tienes que preguntarte: ¿qué es lo que me afecta? ¿Qué es lo que me enferma? ¿Por qué estoy predispuesto a que algo se cumpla en determinado tiempo? ¿Por qué estoy a la espera de que la medicina supla eso que yo mismo puedo afrontar? ¿Qué necesito? ¿Dónde está mi amor propio? Estas deberían ser las preguntas claves que debes formularte.

Aceptar estas preguntas representa un salto de fe. Y cómo salto, como atrevimiento y aceptación de los riegos que esto supone, esto representa a su vez el respeto que le ofreces al espíritu de la planta.

La expectativa vs el entregarse

Para despejar esa expectativa considera también la filosofía de que es un privilegio ser elegido por la planta. La Madre Tierra desea que aprendas, que reconozcas quién eres y cuál es la razón de tu viaje por este mundo. El encuentro que te proporciona con los espíritus de las plantas y las medicinas ha sido considerado previamente por ella, como entidad viva y palpitante de energía.

La expectativa refleja todo lo contrario a entregarse. Porque estás predispuesto a no aceptar tus miedos y tus ansiedades. Hay que aprender a ceder, a permitir que la medicina llegué a tu corazón y dejé que todo eso que clama por salir, salga. La compañía del espíritu de la planta aportará a que no tengas miedo, pero eres tú quien debe afrontar tu propia realidad.

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