En la sociedad moderna, hay cada vez más “amenazas” que hacen tambalear nuestra salud mental. Tanto así, que hemos normalizado el vivir estresados por todas las obligaciones que debemos solucionar para poder preservar el status quo de nuestras vidas. Como somos seres sociales, no sólo tenemos que sostenernos a nosotros mismos, sino que también velamos por el bienestar de los que más queremos. ¿Y cómo se manifiesta el estrés, cada vez más crónico, en nuestro cuerpo?
Si te has fijado de la inmediatez con la que sueles vivir tu cotidianidad (pasando de los smartphones a un agitado calendario), y además, te has visto envuelto como humanidad dentro de los nuevos peligros que pueden superar tus capacidades (que van desde pandemias mundiales hasta altos porcentajes de descontento socio-político), puede que el estrés gane más presencia. Y hoy lo que queremos hacerte saber, es que mantener un estado de amenaza de forma permanente puede alterar tu salud de forma considerable.
Por esa razón, hoy hablaremos sobre las consecuencias que puedes afrontar si dejas que el estrés devore tu vida…
¡Hablemos de estrés!
El estrés es una tensión fisio-emocional que experimentamos cuando nuestro organismo detecta una amenaza, o cuando una situación ha superado nuestras capacidades actuales. Ha ayudado al ser humano desde la antigüedad, cuando cazábamos y recolectábamos para sobrevivir. Al identificar un gran reto o la posibilidad de peligro, el cuerpo –desde su profunda sabiduría- libera hormonas que nos permiten tener una reacción ingeniosa y un tiempo rápido de respuesta-solución.
(Estrés postraumático: ¿Qué es y cuáles son sus síntomas?)
¿Cómo puede afectarme el estrés?
Si este “estado de emergencia” se hace cada vez más persistente en tu organismo, puede afectar gradualmente tu salud física, psicológica y emocional. Hasta el momento, estudios científicos han demostrado que puedes llegar a padecer:
- Resfríos, gripe, virus y otras enfermedades
- Depresión y ansiedad
- Fatiga
- Dolores de cabeza
- Problemas o ataques cardíacos
- Insomnio o sueño interrumpido
- Irritabilidad e ira
- Comer en exceso
- Dolor
- Problemas de estómago y gastrointestinales
- Uso de sustancias
- Problemas de concentración
¡Y eso no es todo! La prolongada exposición al estrés debilita nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables ante virus y enfermedades. Esto se debe a la persistente presencia del cortisol en nuestro organismo, generando inflamaciones y un recuento más bajo de nuestros glóbulos blancos.
(¿Sufres de estrés crónico? Conoce sus principales síntomas)
Pero… ¿Entonces el estrés es negativo?
No necesariamente. El estrés nos ayuda a que tengamos una respuesta adaptativa ante las crisis o una rápida resolución en situaciones donde nuestra integridad puede verse afectada. Si por ejemplo, tienes que hacer una estrega laboral con el reloj en contra, podrás sentirte urgido para responder a tiempo. O si vas rodando en tu bicicleta y te encuentras un obstáculo en la vía, contarás con la adrenalina necesaria para que puedas sortear el inconveniente y mantenerte a salvo. El problema es cuando se hace crónico y persistente en nuestro organismo por situaciones de la cotidianidad que nos generan tensión y no podemos resolver.
Si quieres saber cómo el rapé puede ayudarte para reducir los niveles elevados de estrés, escríbenos en nuestras redes sociales.
