De lo más nutritivo y gratificante que hemos recibido con Ancestrina han sido los testimonios de cómo el rapé ha transformado y aportado salud y consciencia a los usuarios de nuestra comunidad. Recibimos hace poco un testimonio que nos compartió una de nuestras usuarias. En este testimonio se ve el camino, el proceso, los retos y obstáculos que se pueden encontrar con el rapé, y así mismo, las bondades y cualidades sanadoras que reconocemos y agradecemos en el rapé y que motivan a Ancestrina a seguir transmitiendo e impactando a la comunidad con nuestro servicio:
“Mi primer encuentro con el rapé fue hace varios años. Inicialmente yo no entendía bien para qué servía, qué utilidad tenía, y aún así, decidí dejarme llevar y explorar un poco. Al principio lo utilice con mis compañeros de trabajo para iniciar el día, antes de sentarme en mi puesto de trabajo, antes de dedicarme a mi labor diaria. Se volvió una rutina de todos los días, y como muchas cosas en mi, al ser rutina, perdió el encanto y deje de utilizarlo. Me servía mucho, me dejaba lista y despierta, pero esto no fue suficiente en ese entonces y me aleje de él. Un par de años después en un viaje de retiro a una playa lejana, tuve una crisis respiratoria; mis pulmones se cerraron, la tos era bastante intensa y un compañero que estaba también ahí, me invitó y compartió conmigo su medicina rapé. Yo había tenido estas crisis en varias oportunidades y hasta ese día, sólo yendo urgencias podía volver a respirar.
Me acosté en una estera, recuerdo el sonido de las olas, hice silencio, pedí sanación, usé una buena cantidad de rape y este amigo empezó a tocar el didyeridú. Me quedé acostada y me dispuse a que el rapé hiciera su trabajo en mi cuerpo, escuché la música, me quedé quieta y me entregué totalmente a esta experiencia. Usé rape dos o tres veces al día por varios días y mis pulmones se despejaron, respiré y descubrí una de las propiedades mas potentes del rapé: el rape es medicina, el rapé me curó. El rapé y mi actitud de entrega y confianza en él, permitieron que todo se diera. Después de esto, mi relación con esta medicina cambió, yo ya sabia mas de sus efectos, de su alcance en mi cuerpo. Antes sólo sabía que podía centrarme, despejar mis pensamientos, traerme de vuelta aquí y ahora, pero ahora sabia que su limpieza y su curación iba no sólo a mi mente, sino a mi cuerpo también.
Al seguir en relación con el rapé, y usarlo mas frecuentemente, no sólo cuando lo necesitaba, sino cuando sentía su llamado, me di cuenta de el resto de sus magias. Hoy puedo decir que el rapé limpia y sana mi cuerpo y mi mente, que además, limpia y enciende mi corazón, puedo decir que conecta mi espíritu con el rio infinito de la existencia, que me da espacio, que me conecta con mi propia sabiduría, que me da refugio y alivia mis tensiones. Hoy día, el rapé no es rutina, me dejo sentir y mi interior me dice cuando lo necesito y cuando él quiere encontrarme. Lo uso cuando me nace, cuando lo compartimos en familia con los niños, cuando mi pareja y yo sentimos que queremos tener ese momento juntos, cuando estoy cansada, abrumada o cuando mi pecho vuelve a cerrarse.
La relación con él es natural, es instintiva es sagrada; tomo el tiempo, le dedico mi vacío y le dedico amor, confío en él y dejo que actúe en mi, lo disfruto, aunque al limpiarme, cause estornudos, flemas, mocos o mareo, o aunque como decimos, el rape “me tumbe”, pues se que es para bien, que él esta haciendo su trabajo y que al otro lado de ese malestar, esta la quietud, el entendimiento, el silencio, el disfrute del momento presente, o lo que yo este necesitando. Agradezco el encuentro con el rape en estos años, agradezco el proceso y lo que vivo hoy a partir del uso de esta medicina, agradezco a la tierra por los recursos que nos da para estar aquí con mayor consciencia, bienestar y salud.” Testimonios así mantienen nuestra inspiración y dedicación, y refuerzan la admiración, la gratitud y el respeto que tenemos en Ancestrina por estas medicinas sagradas que tenemos disponibles y a la mano. Que todos encontremos el camino y la sanación, que todos mantengamos búsquedas y caminos de consciencia, que estemos juntos como humanidad en este viaje de la vida.
