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Dimetiltriptamina, la denominada molécula de Dios

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Dimetiltriptamina, la denominada molécula de Dios

La dimetiltriptamina (DMT) es conocida con el nombre de la molécula de Dios. ¿Por qué ese nombre? Su razón tiene que ver con el simple hecho químicamente es un alcaloide presente en muchas plantas y animales. Es, por así decirlo, el común denominador de un gran número de plantas con efectos alucinógenos.

El DMT se encuentra presente en dos especies muy reconocidas que son: Psychotria viridis y Mimosa tenuiflora. De hecho, estas dos plantas son esenciales para la preparación de la ayahuasca, también reconocida como el yagé o ayahuasca: una bebida de gran tradición indígena utilizada por chamanes.

A lo largo de la historia de la humanidad, muchas culturas y civilizaciones han decidido transgredir los límites de la realidad para ir en búsqueda de lo divino. Y las experiencias psicoactivas, que se logran a través de alcaloides y psicotrópicos, han sido un camino para lograrlo.

Su presencia en los rituales místicos

Hay algo interesante sobre la relajación que ofrecen los alucinógenos y la búsqueda de lo divino. Por lo visto, los límites de lo terrenal solo pueden superarse a través de la emoción y la intensidad que puede vislumbrar la mente. El cuerpo tiene sus límites, pero que está en el campo de la imaginación y lo espiritual desafía esa lógica.

Cuando las tradiciones indígenas reconocieron en las plantas psicoactivas una manera de potenciar el deseo y la búsqueda de un más allá, no dudaron en integrarla a los rituales. De manera que años más tardes, cuando historiadores y arqueólogos comenzaron a reseñar tradiciones indígenas como los aztecas, los mayas o los incas, descubrieron ese común denominador de acudir al DMT.

Incluso en las tradiciones egipcias se ha encontrado tumbas donde existen plantas que poseen este componente. Fue el hecho de que existan tradiciones tan diametralmente lejanas, pero que coinciden en sus rituales en el uso del DMT, lo que motivó a los historiadores a marcar a la dimetiltriptamina con ese seudónimo de “La molécula de Dios”.

¿Te encontrarás con Dios si consumes DMT?

Lo que te puede garantizar un buen consumo de “La molécula de Dios” es una completa relajación de tu cuerpo, lo que le da permiso a tu mente de estar al mando. En estas condiciones, tus sentidos físicos pasan a un estado de menor intensidad, permitiendo que tu cerebro emocional y espiritual sean los que gobiernen tu naturaleza.

Y con seguridad, si has realizado un buen consumo de dimetiltriptamina, tendrás un “viaje”, donde podrás ser sensitivo a la experiencia de tu razón de ser en el Universo. Tu experiencia de yo, tendrá una experiencia divina y mística, en la misma medida en que tu emoción este guiada en la fe de que haces parte de un Todo.

Los denominados viajes astrales que pueden vivir ciertas personas, son estados donde la mente logra aislarse del peso de su cuerpo. El viajero astral tiene la oportunidad de viajar por el mundo y contemplar las estrellas, dándole valor a su emocionalidad. Esta conexión entre la belleza del Universo y tu identidad como mortal, puedes vivirla si haces un uso responsable del DMT.

¿Qué garantiza el DMT como sustancia alucinógena?

Una manera breve de aprovechar las virtudes de la dimetiltriptamina es fumándola. Se estima que, en un tiempo máximo de 10 minutos, tu cuerpo habrá sido impactado en todos los niveles para despejar tensiones y dilatar la resistencia física de tu mismo cuerpo.

Su efecto puede perdurar entre 2 a 5 horas, mientras el cuerpo vive un gran número de experiencias como visiones, alteración de la percepción de la realidad y transgresiones a las leyes de la realidad. Un consumo excesivo, no responsable, podría crearte un cuadro bastante cercano a la esquizofrenia.

De hecho, por lo mismo, se aconseja que personas con depresión o trastornos mentales acudan al uso de la dimetiltriptamina, ya que potenciaría un desequilibrio mental.

El consumo responsable

Ahora bien, tratar de usar la molécula de Dios como una “excusa”, una “alternativa” para encontrar tu identidad divina puede suponer riesgos. El uso de la dimetiltriptamina en rituales místicos e indígenas, deben realizarse bajo la responsabilidad de una persona que esté instruida en un conocimiento profundo sobre lo espiritual y la relación del hombre con el Universo.

Los chamanes, los avanzados, los Chelas, son personas que conocen muy bien como darle una dirección al uso de la dimetiltriptamina. Se acude a esta como una manera de despertar la mente, pero una vez despierta es necesario trabajar desde una dirección, con un sentido, hacia un fin.

De esa manera, la experiencia del viaje tendrá un principio, un nudo y un desenlace. La experiencia de búsqueda ante lo divino debe suponer algo feliz y liberador. Pero si solo vas en búsqueda del éxtasis, sin remedir en ti aspectos emocionales o redefinir algo en tu personalidad, la experiencia mística te dejará un vacío que tu cuerpo rechazará.

Los efectos adversos del consumo de la dimetiltriptamina

Ten en cuenta además que el DMT tiene efectos negativos, al efectuarse un consumo excesivo. Por ejemplo: vómitos, náuseas, dolores estomacales, alergias, perdida del equilibrio y alucinaciones auditivas. Si quieres evitar todo esto, se prudente con su consumo.

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