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Como evitar caer en un estado psicótico tras perder los efectos estimulantes

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Cuando una persona tiene experiencias con alucinógenos, corre el riesgo de entrar en estados psicóticos. El cuerpo humano, al vivir una estimulación con sustancias psicoactivas, tendrá cambios metabólicos muy fuertes. Y entonces se genera un desfasamiento que expone la salud mental de la persona.

Llegar a un estado psicótico o de psicosis, puede representar un peligro para ti mismo o para las personas allegadas a ti. Generalmente, encontrarse en una situación de este calibre, supone para la persona:

  • Estados variantes de ánimo.
  • Fatiga.
  • Energía elevada.
  • Sensación de euforia.
  • Niveles de ansiedad fuertes.
  • Deseo incontrolado de mantenerse activo en algo que desfogue la ansiedad.
  • Sentimientos depresivos.
  • Alucinaciones constantes.

El cuerpo de la persona afronta entonces una fase donde está viviendo un subidón de energía. La estimulación ofrecida por la sustancia psicoactiva ha generado un efecto tan potente en el sistema nervioso, que el cerebro está constantemente generando ideas. Curiosamente, la mente procesa a gran velocidad lo que representan los pensamientos.

Y llegar a un nivel de procesamiento de ideas tan alto, puede perturbar en gran medida tu visión de la realidad. El subidón de energía te hace sentir bien en algunos casos, pero también puede derivar en estados de tristeza y melancolía extrema. Es por eso que debes tener cuidado cuando te encuentres en un estado así.

¿Qué es un estado psicótico?

El estado psicótico puede generarse por diversos factores. Pero generalmente, ocurre cuando el metabolismo ha tenido un fuerte descenso frente a una experiencia. En el caso de las sustancias alucinógenas, cuando el cuerpo empieza a vivir el estado de descenso de sensaciones y emociones alta, eso produce un nivel de ansiedad fuerte.

Tu mente empezará a añorar y mantener ese estado sensorial que alcanzaste. Y entonces tu mente tratará a toda costa a inducir al cuerpo a recuperar dicho estado. Es justo ahí, en esta batalla interna por regresar al gusto de las sensaciones fuertes, en donde empieza a gestar el estado psicótico.

Prácticamente, encontrarse en una situación así, supone una experiencia derivada de sensaciones corporales. Aunque la mente también adquiere intensidad y fuerza, es precisamente la potencia de la estimulación derivada de los alucinógenos lo que te llevará a que tus sentidos estén predominados.

Estrategias para evitar un estado psicótico

Cuando se experimenta con sustancias alucinógenas, es normal que se llegue a un estado de este calibre. Dependiendo del hongo o sustancia con la que estés experimentando, el subidón y deseo ansioso de mantener tu energía activa será en un mayor o menor nivel. Pero sí existen alternativas para que una vez alcanzada la experiencia sensorial, puedas sentirte más cómodo.

Estos son algunos de los consejos claves para ello:

  • Predisponerse desde antes de probar la sustancia u hongo alucinógeno para aceptar la ansiedad.
  • Es decir, aceptar de antemano que es posible que tu metabolismo exagerará tu sensibilidad.
  • Respirar profundamente, dejando que la respiración abdominal relaje tu tensión muscular.
  • Mantenerse en una posición tranquila y relajada, en vez de aceptar el deseo de empezar actividades físicas en las cuales desfogar tu ansiedad reprimida.
  • Lo anterior, con el fin de que tu cuerpo pueda permanecer en un mismo sitio. La quietud del cuerpo no acelerará tus pensamientos.
  • Disfrutar de la euforia intensa, induciendo a la mente para que acepte la perdida de los efectos.
  • Es decir, no insistir en regresar al estado anterior y aceptar que ya te encuentras en la etapa de descenso de la experiencia con sustancias.

El momento de sumergirte en el sueño

Cuando llegues a la etapa en la que reconozcas que el “viaje sensorial” ha llegado a su fin, sería muy prudente que te recostaras en tu cama y mantengas los ejercicios de respiración abdominal. El cuerpo, al estar en la cama, encontrará un estado de quietud. Al cerrar los ojos te olvidarás del mundo y con toda probabilidad podrás sumergirte en un sueño profundo.

Puede que te enfrentes a alucinaciones mientras duermes. Pero, generalmente, el cerebro, al encontrar el reposo, te permitirá vivir un tipo de sueño totalmente oscuro. Cuando te levantes y vuelvas a abrir los ojos, tendrás la sensación de que la realidad se ha purificado, porque la anulación de la realidad a través del sueño oscuro, te mantendrá lejos de un estado psicótico.

Esto lo debes realizar así, siempre y cuando te encuentres con el estómago vacío, para evitar que el temido caso de ahogamiento que puede surgir con este tipo de experiencias. Aunque el caso de ahogamiento suele darse durante los periodos en que es más fuerte el efecto del alucinógeno, lo mejor es no arriesgarse.

El respaldo del psicoterapeuta

Las mejores experiencias con sustancias alucinógenas se logran con acompañamiento de un facilitador experimentado. Contar con un guía que oriente tus pensamientos y te acompañe, logrará que te sientas seguro. Esa seguridad proyectará un estado de calma, además de que el psicoterapeuta te ayudará a guiarte con los ejercicios de respiración abdominal.

Algo interesante de la guía del psicoterapeuta que trabaje con el uso de alucinógenos, es que te ayudará a romper arquetipos. Es decir, te permitirá encontrar un camino para despejar tu pensamiento y las ideas que saturan a tu cerebro. El psicoterapeuta te enfrentará a tus miedos y sentimientos represados para que los dejes ir junto con el cambio metabólico que estás viviendo.

En gran parte, un estado psicótico se deriva del modo en que tus emociones congestionan a tu mente, a tu sistema nervioso central que no es otro que tu mismo cerebro. Lograr canalizar tus ideas, te ayudará a desfogar la ansiedad y permitirte restaurar tus emociones al mismo ritmo que tu cuerpo se aleja de los efectos alucinógenos.

Disfrutar de una respiración controlada

Todo lo demás, será dejarte llevar, teniendo la certeza de que puedes dominar tus sentidos y no dejarte llevar por la euforia. Permítete que la euforia alcanzada se canalice a través de tu cuerpo, relaje a tu tensión muscular y logre que oxigene por completo a tu sangre. Vas a ver cómo alcanzas un estado de satisfacción total, teniendo la certeza de que puedes mantener un equilibrio.

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